El uso del ajo como condimento está difundido en todo el mundo. Por su
especial sabor, se lo agrega en numerosas comidas, frías o calientes, asadas,
fritas o guisadas. Sin embrago, sus virtudes medicinales y curativas son poco conocidas.
La planta de ajo pertenece a
la familia de las liliáceas. Alcanza
una altura de 70 cm. y sus hojas son estrechas y alargadas. Sus flores pequeñas
y blancas, poco olorosas y nacen en la parte alta del tallo, formando una
especie de sombrilla. El bulbo (que es lo que comemos) tiene forma oval y está
recubierto por una “tela” con aspecto de papel. Dentro se encuentran los gajos
o dientes, cuya consistencia olor y sabor son fácilmente identificables.
Así le dicen
El nombre científico del ajo
es Allium
sativum. En inglés se dice garlic; en francés, ail; en italiano, aglio
y en portugués, alho.
·
¿Cómo se
cultiva?
Se hace
plantándolos “dientes” a final del verano. Es mejor hacerlo sobre tierra
liviana y con humus. La distancia entre los plantines debe ser de 30 a 50 cm.
Normalmente, se cosechan seis meses después.
·
Sus
propiedades
El ajo es
un medicamento notable, cuyas virtudes son conocidas de muy antigua data. Sus
resultados excelentes en todo tipo de afecciones de vías respiratorias y
pulmonares, como gripe resfriado, tos, ronquera, catarro, bronquitis, etc. En
el caso de insomnio, se aconseja una infusión de leche y ajo.
Se lo
emplea también como laxante y para limpieza estomacal, elaborado como tintura.
Además, preparado en decocción, es eficaz como vermífugo, es decir, para
eliminar lombrices intestinales.
Junto a otros ingredientes, se
usa en la preparación del vinagre
antiséptico, excelente para limpieza de heridas y desinfección. Para el
reumatismo se lo prepara en cataplasmas
y para los callos, se elaboran ungüentos.
Actualmente, cada vez más
médicos lo aconsejan como alimento para combatir la presión arterial. Puede usarse como reemplazo de la sal de mesa
para dar sabor a ensaladas, carnes, sopas, etc. Incluso, se vende molido, como
la llamada sal de ajo.
·
Formas de
preparación
a) Ungüento para eliminar callos: machacar
un diente de ajo y mezclarlo con aceite de oliva. Pasar el ungüento sobre el
callo y cubrir con una tela de lino. Repetir la operación varios días hasta
eliminar el callo.
b) Infusión contra el insomnio: machacar
un diente de ajo en una taza de leche caliente. Dejar reposar diez minutos y
luego beber.
c) Cataplasma para el reumatismo: exprimir
bien algunos dientes de ajo y extender la masa sobre un trozo de lana caliente.
Aplicar la cataplasma sobre la zona afectada por dolores.
d) Decocción: machacar algunos dientes de
ajo. Hervirlos un minuto en un poco de leche azucarada. Tomar dos o tres
cucharadas diarias hasta eliminar todas las lombrices.
e) Tintura: retirar la piel y dejar secar
varios dientes de ajo. Triturar 25 g. Mezclar esa papilla con cm3 de alcohol
fino. Colocar en u frasco con gotero. Tomar 15 gotas diluidas en agua por la
mañana, en ayunas. Aumentar dos gotas por día hasta llegar a 25. Al terminar el
frasco, interrumpir una semana y recomenzar con las mismas cantidades.
Un poco de historia
Se cree que el ajo proviene de
los desiertos de Asia Central. Pero desde la Antigüedad, es conocido en Europa,
Egipto, China e India.
Era alimento habitual de los
trabajadores egipcios y luego de los soldados romanos.
Hipócrates y Dioscórides
mencionan en sus obras la importancia medicinal que posee.
Sin embargo, durante mucho
tiempo, las clases altas no lo utilizaban por su fuerte olor.
¡No sabían lo que se perdían!
¿Sabía qué…?
La parte que comemos del ajo
es el bulbo? Éste es el
ensanchamiento de la raíz de algunas plantas y luego pueden dar origen a otras
plantas de la misma especie.
Hagamos la prueba NO PERDEMOS NADA!
ResponderEliminar